Capítulo 25

Linda recorrió la tienda con Gabriela, el local no era muy grande, con la cocina incluida apenas alcanzaba los noventa metros cuadrados y estaba amueblado con más de veinte mesas.

Linda explicó: “Ahora mismo no estamos muy ocupados, pero desde que abrimos siempre tenemos clientes. Gabi tendrás que hacer muchas tareas diferentes, y no te me vas a quejar de cansancio, ¿eh?” “Entendido,” respondió Gabriela con un asentimiento.

Luego, Linda la llevó junto a una mujer de mediana edad y dijo, “Hermana Solares, ella es la hija de Sofia, Gabi. A partir de hoy va a trabajar aquí por un mes en lugar de Sofia, le podrias indicar qué debe tener en cuenta.”

La hermana Solares tenia el cabello teñido de rubio y llevaba un anillo de oro brillante en el dedo anular, además de una gruesa pulsera de oro en la muñeca. Al ver a Gabriela exclamó sorprendida: “¡Vayal No me imaginaba que Sofia tuviera una hija tan hermosa y resplandeciente.”

Aunque Sofia llevaba más de dos años trabajando en ese restaurante de barbacoa, era de pocas palabras y rara vez charlaba con los demás, por lo que casi nadie conocia su situación personal.

Despues de hablar un poco más, Linda se dirigió hacia el interior del local, una vez en el bar, se tomó un vaso de agua mientras le decía a su hijo, “Jorge, tienes que estudiar mucho y esforzarte por entrar en una buena universidad el próximo año. ¡Hazme sentir orgullosa! No seas como esa muchacha, que a su corta edad ya tiene que trabajar y no muestra ninguna ambición.”

El hijo de Linda, Jorge, era el único en la familia y por eso era muy consentido.

Tenia dieciocho años.

entrar al último año de secundaria, un momento decisivo y el más importante en la vida

“ya lo sé.” Sus calificaciones en clase eran buenas, por lo que ingresar a una buena universidad

muy contenta y le dijo, “¡Eso es, mi hijo es increíble! Si te cansas de escribir, descansa

bien,” Respondió Jorge.

adoraba a su hijo y mientras cortaba la sandía, se tomó el tiempo

todas las semillas.

y poco a poco llegaban

con diligencia, ya fuera limpiar las mesas o barrer el suelo, desempeñándose con una eficacia que no dejaba lugar

“Mira a

hacerse la interesante, pero resultó que la joven era muy hábil

hacerse cargo de las cosas desde temprano. Cuando yo tenía su edad, también

ganado!”

han cambiado, ¿qué niña de hoy no es criada entre algodones?”

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