Miro por la ventana y veo a Casey saliendo de su asiento y acercándose a Valarian, quien la rodea con sus brazos.
“Muévase, señora, necesito verificar algo dos veces”, le espeta a Zoe, quien se arroja frente a la puerta impidiéndole abrirla.
Zoe lo empuja y yo jadeo. “Aléjate de mi hija”, gruñe en advertencia, sus ojos se vuelven de obsidiana y sus colmillos y garras se deslizan.
El oficial le gruñe, pero ella no se mueve. Él va a agarrarla, pero ella le corta el brazo con las garras y él se abalanza sobre ella mientras busca a tientas las esposas. Él trata de romperlos en su muñeca cuando su arma se cae de su funda.
El oficial la arroja contra el costado de su auto, tratando de sujetarla. Zoe forcejea y trato de agarrarlo para que la suelte. Zoe estaba salvaje y enloquecida cuando arremetió, su necesidad de proteger a su hija entró en acción.
Este era mi miedo, que alguien se llevara a Valarian. El oficial me da un revés, me lanza y caigo al suelo. Me mira brevemente y maldice. Siento sangre correr por mi labio.
“No quise decir eso, joder, él me matará. “ Dice mientras trata de contener a Zoe. Ambos niños gritaban mientras miraban cuando escuché que un automóvil se detuvo. Mirándolo, veo a Macey saltar de su auto con furia antes de agarrar la camisa del oficial y arrancárselo
a Zoe, y él se tambalea hacia atrás, sorprendido. Macey se interpone entre ellos mientras me esfuerzo por ponerme de pie.
“Hay niños presentes oficial. ¿De verdad quieres asustar a tu nieta? Ella le grita y él detiene su avance hacia ella.
“¿Entonces es ella?”, pregunta el oficial, mirando por la ventana trasera.
“Por favor, por favor”, suplica Zoe, cayendo de rodillas y desmoronándose en su desesperación.
“Respóndeme”, le ruge el oficial a Zoe y da un paso hacia ella, pero Macey gruñe dando un paso hacia él también, sus garras se deslizan.
“Sí, sí, ella es de Micah”, dice Zoe, mirándolo suplicante. El oficial mira entre Macey y Zoe antes de pasar junto a Macey para llegar al auto.

El oficial da un paso adelante y Zoe trata de detenerlo, pero él abre la puerta trasera y se inclina hacia adentro. Alcanza a Casey, pero ella se aleja de él antes de oler el aire.
“Ven aquí cariño, Poppy no te hará daño”, dice el oficial, tendiéndole las manos. Casey mira a su madre, y los hombros de Zoe se hunden, su rostro está surcado por lágrimas y el rímel corre.
Te juro que intentas llevártela. Haré todo lo que esté a mi alcance para detenerte, gastaré cada centavo que tengamos para pelear contigo por la custodia si tratas de quitársela a Zoe“, lo amenazo. El oficial me mira, sacando a Casey del auto.
Agarro su brazo mientras saca a Casey del auto. “Tú la tomas, llamaré a mi compañero, llamaré al
Alfa de sangre”, gruñí lo suficientemente bajo como para que él lo escuchara. Deja de mirarme. No quería usar su nombre, pero tuvo el efecto correcto, ya que instantáneamente hizo una pausa.
“Tú… no le dirás… No fue mi intención obligarte”, echa un vistazo a mi labio partido.
“Eso depende, devuélveme a su hija”, le digo y Zoe se pone de pie de un salto y la alcanza.
Sin embargo, el oficial le da la espalda y sienta
a Casey en el capó de su auto.
“¿Micah sabe de ella? —pregunta, mirando a Zoe.
“Sí, lo sabe”, le dice Zoe y el oficial gruñe, pero se vuelve hacia Casey y se quita el cabello de la cara.
“¿Cómo te llamas, princesa?”, le pregunta.
“Casey”, susurra tímidamente secándose los ojos antes de mirar a su madre. Alcanza a Zoe y el oficial la mira.
“Él nunca nos dijo. Él y su pareja tienen problemas para concebir”, afirma el oficial.
“Ese no es mi problema, o el de Casey. Ana no necesita saber nada de ella”, le dice Zoe.
El hombre asiente, mira a Casey y sonríe con tristeza. “¿Puedo llevar a mi esposa Olena a conocerla?”, pregunta.
“¿Le vas a decir a Ana que Micah tiene una hija?”, pregunta Zoe.
“No, pero le diré algo a mi hijo. ¿Él ayuda con ella?“, pregunta.
“Él paga la manutención de los hijos”, dice Zoe, volviendo a colocar a Casey en el auto. Ella le abrocha el cinturón y el oficial mira por encima de su hombro, sus ojos van a Valarian por un segundo.
“Él es mío”, le digo al oficial cuando lo veo mirando a Valarian con curiosidad.
Valen lo sabe? De repente pregunta, y trago saliva. Valerian me mira interrogativamente.
“No, no los tiene,”
“Tiene sus ojos, el parecido es asombroso,” comenta el oficial, y yo miro hacia otro lado.
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