Al calor de las copas El Ceo con aura de emperador Cristóbal Altamirano hizo válido su matrimonio ante el notario encargado de entregar la herencia que su padre el señor Cristóbal Altamirano dejó, por lo pronto su tío Anibal aunque se casara al día siguiente no podría meter sus ambiciosas manos e n la herencia

Cristóbal llamó a su abuelo y le dio la noticia_

abuelo cómo está todo en casa

Estamos preocupados hijo, no te lo voy a negar, estamos a punto de caer en las manos de tu tío Anibal y eso nos tiene a tu abuela y a mí con el jesus en la boca! 

Precisamente para eso te hablo abuelo, me e casado hoy, por lo pronto no tienes que estar preocupado o angustiado ni tu ni la abuela! 

Es verdad lo que me estás diciendo Cristóbal? o solo estás tratando de calmar la angustia de éste viejo qué ya no sirve para mucho? 

Pero qué dices abuelo! tu eres un fuerte roble, el gran pilar de nuestra familia! y lo del casamiento es completamente cierto, de hecho e venido personalmente a validar mi matrimonio con el notario que guarda la herencia de papá! 

Entonces trae a tu esposa a la mansión, tu abuela y yo queremos conocerla! queremos saber quién fue la mujer capaz de hacer que mi incansable nieto se rindiera a sus pies! 

No exageres abuelo, le preguntaré si desea cenar en la mansión Altamirano está noche, si acepta allí estaremos sin falta __oh! que felicidad hijo! tu abuela y yo dispondremos todo para esperarlos esta noche! los esperamos a las ocho en punto 

Esta bien abuelo, saludame a la abuela! 

Cristóbal colgó la llamada y se dirigió de nuevo a su mansión, cuándo llegó se encontró a Camill dormida en la cama de la habitación qué le asignó ella llevaba puesto solamente una camisa de él, de las que usualmente utiliza para hacer ejercicio, la camisa le llegaba a los muslos dejando ver a Cristóbal las estilizadas piernas de su esposa 

El Ceo se quedó viendo unos cuantos minutos a su bella mujer, su virilidad reaccionó pero Cristóbal no quería tomarla aún, él había quedado a sus abuelos en llevar a cenar a Camill a la mansión Altamirano, sus abuelos estaban tan felices que no les podía fallar, si la tomaba ahora 

no la soltaria quizas hasta la madrugada 

Cristóbal se dirigió al minibar dónde tenía los mejores vinos, los mas costosos y de mejor calidad, se sirvió un trago de whisky pensando un poco en la locura que cometió el día de hoy, pero aún así todavía no se arrepentía 

pensar cómo Rodrigo Mendoza pudo ser tan imbécil de engañar y perder

mujer inteligente y valiente, cualquiera amando como se notaba que ella amaba

al caer en cuenta que si él para Camill era una bestia, ella para él era una

escuchó tras de él_ Camill había despertado y salió de su habitación frotandose los ojos, había dormido

dernasiado cansada y agotada, además

llevaba puesto sostén, él imponente Ceo tragaba en seco por que podía ver

no podía negarlo, su esposa tenía un cuerpo exquisito! Cristóbal bebió su trago de un sorbo

ocho y me gustaría que fueramos! ___ oh! pero.. yo.. yo no traje mi ropa conmigo, no tengo nada que ponerme, tendré que ir a casa de mi

te preocupes esposa, dime que marca te gusta más y mandaré traer las prendas suficientes para que te vistas! estás seguro? mira que yo como

acaso la impresión de ser tacaño? yate e dicho que el dinero no es problema para mí, iremos a cenar con mis abuelos lleva puesto solo lo mejor, no te olvides que de ahora hasta que se terminé nuestro

al escucharlo, éste hombre–bestia como siempre tan frío e inexpresivo _gucci, prada, jimmy shoo, mhurad, manolo, dior, tu elige yo

pues.. tu concepto de adaptarte es bastante cómodo! dijo Cristóbal

Camill al malhumorado Ceo_Cristóbal la mal miró y bebió su trago, quisieras!

ebrio!! esposo! ___Cristóbal pensaba que

 

apenas unas horas casados y ya me quieres controlar? Ja! sí qué eres

entonces a mi tampoco! _ _Camill se acercó dónde se

tomó de una sola

tomó de dos sorbos, la tercera la saboreo un poco más, en la cuarta copa se escucho una gruesa voz

al paso que vas no vas a poder sostenerte siquiera y todavía tenernos una cena a la cuál asistir!_no me digas que hacer! apenas tenemos una hora casados y ya te sientes

música en su celular y bailaba coquetamente, las copas ya se le habían subido, Cristóbal la observaba y se preguntaba cómo haría con ella para que se pusiera sobria? no

le fue imposible no recordar a Rodrigo, su dolor la quemaba por dentro ella quería poder sacar todo eso que dolía y le

por las muñecas mientras ella se movía tratando de liberarse, ebrios los dos siendo incapaces de mantener el equilibrio

el uno del otro rozando sus labios, la casi desnudes de Camill encendió de inmediato el deseo y la virilidad de Cristóbal quién no se controló más y besó

lo que hacía,

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