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A pesar de que no quería sentirse así, no podía evitarlo. Su cuerpo estaba respondiendo a las feromonas ricas y densas de su pareja, a las manos que recorrían su cuerpo desnudo, a su lengua que jugaba en su oído y ahora se desplazaba por su cuello, lamiendo su piel perlada de gotas de sudor, como si fuera lo más dulce que existiese. Dixon la había acotado sobre la cama y se había acomodado entre sus piernas haciendo que su erección cubriera se friccionara con el sexo ahora húmedo de ella. Clara gemia lastimeramente ante cada roce. Su mente decía que no, que tenía miedo, que no quería aquello, pero su cuerpo era otra cosa. Lágrimas corrieron por sus mejillas presa del miedo, como siempre.

Ella era tan débil, tan débil, tan dé…

«Apártate»> sintió la voz en su cabeza y tras un fuerte dolor de cabeza se sintió hundiéndose en un vacío oscuro y sin fondo que de alguna forma la hizo sentir reconfortada. Así que cerró los ojos y se acurrucó allí, en ese escondite de su mente sin importarle nada más sintiendo un chasquido de lengua que no supo de donde vino. Dixon estaba tan enfrascado en lamer la piel de la loba desplazándose hasta agarrar el pecho de ella que no se percató cuando la coloración de los orbes de clara se fue tornado de un rojizo intenso. La excitación del alfa lo tenía duro y jadeante. Su boca tenía el pecho de la loba dentro y lamía sin cesar el pequeño pezón rojo e hinchado. Sus colmillos pinchándolo de forma atrevida. Se sentía tan bien hacer aquello, oler la fragancia de la loba que era suya, era tan dulce, tan delicioso.

El alfa nunca había tenido la oportunidad de sentirse asi, tan bien, tan satisfecho con algo, algo que le pertenecia, algo a lo que aferrarse. Soltó el pezón para ir hacia el otro pecho, pero una mano se aferró al cabello en la zona de su nuca y su cabeza fue tirada hacia arriba. Sus labios fueron cubiertos por unos más suaves y él se estremeció. Su pecho se infló al saber que su loba lo habia besado. Se acomodó sobre ella, dejando caer su peso entre sus piernas y se deleito comiendo su boca, enredando su lengua con la de ella comenzando una batalla a ver quién tomaba el control que lo hizo grunir en su garganta. De ella haberlo estado rechazando ahora luchaba con él en medio de un beso, algo que realmente lo confundía, pero en su estado no estaba para pensar. Solo deseaba ahogarse en el placer que ella le ofrecía. Su lengua recorrió toda la cavidad de su mate de forma completa, deleitándose con el sabor dulce de ella. El olor que ella desprendia lo tenía dolorosamente duro y no pudo evitar bajar su mano y abrir la bragueta de su pantalón. Su erección golpeó su vientre entre los dos y el líquido preserninal caliente salpico sobre el sexo de ella haciéndola gemir.

El alfa bajó nuevamente la cadera y cuando el calor húmedo de ella lo rozó Dixon pensó que perdería el control Su cuerpo comenzó a temblar y las ganas de enterrarse en ella fue tan fuerte que tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad Era verdad que nada se lo impedía, pero Apenas la conocia y si la penetraba de seguro querna completar el enlace, y por lo que le había dicho al beta antes, eso le haría aún más dario

tan rápido que no pudo ver el color de los ojos

su cadera sobre ellos aumentando la

que no tardaria dem familiarizado con la sensación de ser estimulado por alguien más y podía decir que era gloriosa. El alfa jadeó y se inclinó lamiendo la zona de la nuca de Clara, donde su cuello mostraba una marca de mordida que tenía un olor que no era el de él. Era el de su hermano y eso lo hizo grunir. Sus encías picaron y abrió la boca. Sus colmillos crecieron en toda la extensión y aunque no sería en enlace completo dado que no anudaría dentro de ella la marca permanecería en

profundo. La temperatura dentro de él se elevó llevándolo al orgasmo. Su mente se puso en blanco mientras

soltar el cuello de ella y levantarse de su cuerpo que había quedado completamente tendido. Se sintió realmente agotado y se giró boca arriba al lado de ella,

por encima de sus ojos intentando tomar aire. Su erección descendía lentamente, aunque había un ligero nudo en la base dado el orgasmo, aunque este era pequeño dado que no había

dio cuenta, pero su cuerpo se fue relajando hasta que se quedo dormido envuelto en el olor

codos. Sus ojos completamente rojos entrecerrados

– ella inclinó la cabeza con los ojos entrecerrados. Su voz apenas era un susurro – Saquemos el mejor provecho de esto se relamió los labios – Después…

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